La palabra tiene una fuerza increíble porque es pura vibración y a través de ella se imprime la intención con la que fue dada. No sé si conocéis el trabajo de Emoto o los descubrimientos a nivel celular del Dr. Lipton, en ambos casos coinciden con el mundo espiritual sobre la importancia del agua y la capacidad que tienen tanto las moléculas como las células humanas para memorizar la información de su entorno (epigenética).

Bueno, ¿y esto qué tiene que ver con los cuentos? Pues bien, desde distintos puntos de vista, es bien sabido que los niños son los más susceptibles a la información que reciben, pues desde el estado gestacional hasta sus 7 años van grabando en su ser todo lo que experimentan y es así como se crea lo que la sicología denomina la personalidad.

En este sentido, los cuentos pasan a ser una gran herramienta para ayudar al niño a estructurar su mundo interior y desde allí comprender el mundo en el que vive.  Se le ayuda también a fortalecer su ser mediante el amor que recibe, a través de la intención de quien le lee un cuento.

Los niños a quienes se les ha permitido ver el mundo con ojos amorosos, crecen con más confianza y haciendo de la realidad una lectura más acertada y no tan distorsionada como los niños que están llenos de miedos. También son niños que en su edad adulta no tienen temor (o logran vencerlo) de expresar su sentir, su forma de pensar y se atreven a vivir lo que su alma les pide para desarrollarse y ser seres plenos.

Hemos dicho que la palabra es vibración y en la vibración va la intención, por tanto, el leer a los niños contenidos amorosos, imprime aún más el amor de quien lee, al alma del niño, pues no solo le ama dándole tiempo sino generándole bienestar y ayudando a su ser interior a desarrollarse de mejor manera en el plano en el que existimos y que de esta forma su vida adulta llegue a ser expresión de armonía.

No olvidemos que a pesar de tener la edad que sea, el niño interior siempre estará presente, atento a todo lo que sucede así que la invitación es a que le dispensemos amor, se le permitirá ser y expresarse y de esta manera podrá ayudarnos a que la vida sea más bonita, alegre y plena.

¡Más gente feliz necesita el mundo!